CONCLUSIONES DEL ENCUENTRO
“EL PAPEL DE LA FAMILIA HACIA EL ÉXITO ESCOLAR”
ESCUELA DE VERANO CANTABRIA 2011 CEAPA
CEAPA, en colaboración con FAPA Cantabria, celebró en Santander los días 30 de junio, 1, 2 y 3 de julio su IV Escuela de Verano, que llevó por título “El papel de la familia hacia el éxito escolar”. Fruto del trabajo realizado por los grupos conformados por miembros de las Federaciones se elaboraron las siguientes conclusiones:
Las medidas que debe adoptar un centro ante el fracaso escolar de un alumno/a son:
• Propiciar y fomentar la participación real de las familias en el proceso educativo del alumnado, en el proyecto educativo y en el plan de centro, fomentando una estructura y organización del centro que facilite el dinamismo y la participación de toda la comunidad educativa y potenciando así el diálogo conjunto.
• Analizar y evaluar porqué existe el fracaso escolar en ese centro, identificando sus causas para su evaluación y diagnóstico y estableciendo así medidas de tratamiento, prevención y de detección precoz.
• Garantizar y establecer canales de información y coordinación entre todos los profesionales que están vinculados a la vida académica de ese alumno/a, tutor, jefe de estudios, orientador, profesor, etc. Así como entre estos, el alumnado y las familias.
• Una vez detectado el problema, mantener una reunión de coordinación con la familia y el alumno.
• Adoptar medidas del centro concretas y apropiadas de forma consensuada.
• En caso necesario, derivar al alumno a las instituciones y personas pertinentes.
• Realizar un acompañamiento individualizado del alumno.
• Trabajar con las herramientas que ya funcionan, evitando la experimentación.
• A la hora de tomar medidas para evitar el fracaso, evitar aquellas que excluyan al alumno/a de las clases y promover aquellas que tiendan a resolverlo desde su colectivo, desde el aula.
• Tender al uso del refuerzo curricular como medida preventiva ante el fracaso escolar.
• Utilizar y ampliar los programas de refuerzo, como el Plan PROA (Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo).
• Revisar las metodologías utilizadas en las aulas donde se dé el fracaso e introducir los cambios pertinentes.
• Estudiar modelos de buenas prácticas escolares donde las cifras de fracaso escolar sean menores y extrapolar aquellas acciones que hayan funcionado a otros centros.
• Cambiar a un sistema de enseñanza más “directo” y entendible para el alumno/a.
• Introducir instrumentos de evaluación de la labor del profesorado en primaria y secundaria.
• Promover la coordinación, vertical y horizontal, entre todos los sectores de la comunidad educativa, incluyendo acciones de coordinación previas al inicio de curso y entre profesionales de la educación de primaria y secundaria.
• Aumentar, favorecer y facilitar las labores de orientación.
• Fomentar el funcionamiento de los departamentos en Secundaria y trabajar por ámbitos en el Primer Ciclo de Secundaria.
• Ofertar y garantizar más formación dirigida al profesorado.
• Promocionar un sistema de selección del profesorado donde se tengan en cuenta, además de los conocimientos, los recursos y capacidades pedagógicas y habilidades socio-emocionales para saber enseñar y atender a cada uno de los alumnos/as.
• Entender el fracaso escolar como un fracaso social y abordarlo desde toda la comunidad.
Las medidas que debe adoptar un centro cuando un alumno/a tiene un comportamiento inadecuado son las siguientes:
• Análisis y diagnóstico del alumno/a y, sobre todo, del contexto en el que se produce.
• Reunión del tutor con el alumno/a para indagar las causas de ese comportamiento (aburrimiento, desinterés, problemas de salud, etc.), ver su trayectoria y su evolución en los estudios.
• Reunión del tutor con el resto del profesorado.
• Reunión de la comisión de convivencia (en su defecto con el tutor).
• Reunión del tutor con la familia para intercambiar puntos de vista, coordinarse y buscar soluciones.
• Adoptar herramientas/soluciones que promuevan que el alumno/a sea quien adopte las medidas correctoras (y que vea las consecuencias que trae su actitud) y para establecer un compromiso con él o ella (por ejemplo a través de las llamadas “cartas compromiso”).
• Evitar la mera ejecución de medidas sancionadoras, incluyendo un plan de convivencia en el centro (aulas de convivencia). En este sentido, evitar medidas que conlleven la expulsión del alumnado del centro ya que esta medida solo agrava el problema.
• Implantar soluciones de mediación (entre iguales, etc.).
• En caso de ser necesario, buscar alternativas fuera del centro, como puede ser pedir el apoyo de los servicios sociales.
• Introducir el procedimiento acordado con las familias en el área de convivencia.
• Establecer con el alumno/a implicado una planificación del estudio, con horarios, calendarios, etc.
Con respecto a las tutorías:
• Las tutorías deben ser un espacio de comunicación y diálogo entre las familias y el profesorado y, por tanto, un instrumento para:
o promover la colaboración de las familias en la educación.
o fortalecer el vínculo con las familias y para transmitir información sobre qué es y para qué sirve.
o conocer y atender las necesidades de los alumnos/as, escuchándoles a ellos con una actitud proactiva y para transmitir valores.
o complementar las clases (problemática de aulas, habilidades sociales, hablar de “su mundo”, debates, participación).
• El tutor/a es la figura más importante para el éxito escolar de los hijos/as y ha de tener una formación o cualidades específicas como tutor y debe ser el nexo de comunicación entre familias y alumnado.
• Reivindicamos que funcione el plan de acción tutorial, que el modelo de tutorías de primaria pase a secundaria, mínimo una por trimestre, y que tengan un horario flexible.
• Potenciar, como labor preventiva, la junta de delegados.
• En las tutorías, las familias deberían una actitud de confianza en el profesorado y su pedagogía, siendo receptivos, transmitiendo críticas constructivas y apoyando la figura del tutor.
Las decisiones que debemos tomar las familias si un hijo/a tiene problemas en los estudios son:
• Una mayor implicación de las familias en el proceso educativo de los hijos e hijas.
• Dialogar con los hijos e hijas, ver las causas y proporcionar las respuestas adecuadas (reforzar su autoestima, utilizar técnicas de estudio, etc.).
• Acudir al orientador para recabar información y establecer líneas de actuación. Siendo conscientes de que está colaboración es difícil debido a la insuficiencia de orientadores en los centros.
• Acudir al tutor/a para analizar la situación y ver cómo afrontarla (conocer técnicas de estudio, etc.), coordinándose con él o ella para solucionarlo.
• Acordar con el profesorado un cambio en la metodología de la enseñanza adecuándolo a sus necesidades.
• Fomentar la motivación en nuestros hijos/as, crear un ambiente de estudios y hábitos desde casa.
• En caso necesario, solicitar ayuda de especialistas.
Las decisiones que debemos tomar las familias si nuestro hijo/a tiene problemas de comportamiento en el colegio son:
• Dialogar con los hijos e hijas con una actitud de escucha, sin dramatizar. Reconocer la actitud inadecuada de nuestro hijo o hija, sin justificarle, dejar claro que ciertas aptitudes no son aceptadas y establecer las medidas necesarias (aportando nuevas perspectivas al hijo/a sobre la importancia de la educación para su futuro, marcando nuevas pautas, etc.).
• Dialogar con el tutor, recoger información del colegio y escuchar al resto de implicados para trabajar conjuntamente en soluciones que mejoren su comportamiento.
• Reforzar las relaciones de la familia con los hijos e hijas.
• En caso necesario, usar métodos de mediación o acudir a especialistas.
Los conflictos y dificultades más frecuentes que entorpecen la relación entre el profesorado y las familias son:
• Falta de comprensión y comunicación periódica, directa y fluida que provoca el desconocimiento mutuo y la desconfianza entre ambos colectivos, fomentando los prejuicios, los reproches recíprocos y las imágenes estereotipadas: “los docentes son vagos”, “las familias son intrusos”.
• Falta de información desde el centro a las familias (por ejemplo, sobre temas tales como: mediación, convivencia, etc.).
• Desconocimiento de la evolución de los hijos/as, de las medidas de corrección del centro, etc.
• Inflexibilidad horaria en la relación profesorado-familia. El cambio de jornada de los docentes genera conflictos y entorpece la relación con los docentes.
• La tendencia de las familias, sobre todo en primaria, a sobreproteger a los escolares.
• El desconocimiento sobre todo lo relacionado con el sistema educativo por parte de las familias.
• La falta de implicación activa y participación de parte de las familias en la vida del centro.
• La falta de implicación de parte del profesorado.
• Dejación de los derechos y deberes de las familias.
• Achacar toda la responsabilidad a las familias de lo que va mal y utiliza las reuniones para comunicar solo temas negativos y recriminar.
• Exclusión del ámbito escolar de las familias, no considerando sus peticiones y solicitando solo colaboración para temas lúdicos.
Estas dificultades podrían solucionarse o reducirse de la siguiente forma:
• Aumentar el trato personal entre profesorado y familias para facilitar la relación y la colaboración conjunta, creando espacios de diálogo entre las familias y el centro educativo y abriendo cauces de participación de las familias.
• Promover la realización de asambleas donde participen conjuntamente las familias y los docentes y creando foros donde estén todos los implicados (familias, profesorado, etc.) como, por ejemplo, la tutoría grupal.
• Fomentando la formación conjunta de familias y docentes como manera de conocerse.
• Promover una mayor transparencia sobre todas las gestiones llevadas a cabo en los centros.
• Poner a disposición de las familias un manual informativo sobre el funcionamiento del centro y todos los temas de interés sobre el mismo.
• Flexibilizar y mejorar los horarios para favorecer la comunicación.
• Propiciar la existencia del horario de mañana y tarde con todos los recursos.
• Dotar al centro de lugares adecuados para las reunión centro-familia, donde se cuide la intimidad y se propicie el dialogo.
• Establecer la agenda escolar como un vehículo real de transmisión entre familias y profesorado, donde estén incluidas las competencias básicas.
La actitud que deben tener el profesor u otro profesional del centro (orientador, etc.) y las familias para propiciar una buena relación conjunta es:
• Por ambas partes, es necesario una actitud positiva, de escucha activa, dialogante, receptiva, con respeto y confianza y aplicando el sentido común. Es importante mantener una actitud abierta para encontrar un punto de encuentro y de aceptación y entender que la educación de los hijos e hijas es una tarea compartida entre todos los miembros de la comunidad educativa, donde todos construyen y donde se ha de buscar el éxito de todos, posibilitando una mayor relación familia-escuela-entorno. Asimismo, es importante que exista una actitud mediadora entre profesorado, Consejo Escolar y APAs.
• Con respecto a los profesionales del centro la actitud ha de ser: considerar a las familias como una parte más de la comunidad educativa, mayor flexibilidad en cuanto a los horarios (adaptándolos a las posibilidades de las familias), dar respuesta a las necesidades de las familias, contar con los recursos de las familias, tener en cuenta a todo el alumnado, favorecer una mejor convivencia entre el alumnado, promover el uso de la mediación para la resolución de los conflictos, promover la innovación (uso de las TICs, otras metodologías, etc.) y favorecer el trabajo colaborativo, con una actitud abierta que fomente la participación de las familias.
• En cuanto a las familias, la actitud ha de ser: mayor confianza en los docentes, aumentar su interés, compromiso, apoyo y colaboración, mantener una actitud de mayor diálogo y disposición a trabajar con el centro, evitar sobreproteger a los hijos e hijas justificando todo su comportamiento a toda costa, mantener una actitud receptiva ante lo que no nos gusta, conocer el plan de convivencia, admitir que se pueden desconocer aspectos educativos relevantes solicitando asesoramiento y manifestar nuestros desacuerdos en el lugar idóneo y de la forma adecuada.
Desde nuestros hogares, la forma de trabajar las competencias básicas y de colaborar con el profesorado en este campo sería:
• Formar a las familias sobre las competencias básicas con una metodología participativa que incluya ejemplos concretos y que informe sobre qué tareas deben realizarse desde las familias para reforzarlas.
• Propiciar el intercambio de información tutor-familias que ayude a que éstas conozcan qué competencias se están aplicando en ese momento y puedan así reforzarlas con tareas de casa.
• Compartir material formativo entre familias y docentes.
El papel que debemos tener las familias ante las tareas para casa de nuestros hijos e hijas (los deberes) y la forma de ayudarles en este aspecto para fomentar el éxito escola:
• Crear hábitos y rutinas de trabajo.
• Estar atentos a sus necesidades.
• Proporcionarles las herramientas necesarias para que sepan entender y realizar la tarea por sí mismos.
• No hacerles los deberes, fomentando su autonomía y su responsabilidad.
• Dar ejemplo a los hijos e hijas.
• Reconocer los errores ante los hijos e hijas, trasmitiéndoles que somos personas como ellos.
• Aumentar la comunicación con el profesorado sobre las dificultades de los hijos e hijas.
• Fomentar el desarrollo de las competencias básicas.
• Fomentar su autoestima y ofrecerles nuestro afecto incondicional como padres y madres.
• Realizar dentro de la familia diferentes actividades que ayuden a fomentar el éxito escolar: leer cuentos, actividades culturales y deportivas, etc.
• Desarrollar su educación emocional.
• Promover una mayor presencia de las familias en el centro en secundaria.
• Enseñar a los hijos e hijas a manejar el stress.
• Solicitar información sobre técnicas de estudios como herramienta para el éxito escolar para facilitárselas a los hijos e hijas.
El papel que deben de jugar las APAs y las Federaciones en la promoción del éxito escolar y posibles acciones concretas que pueden llevar a cabo para el éxito escolar:
• Fomentar la formación de las familias sobre temas tales como: cómo ayudar a los hijos e hijas en el estudio, técnicas de estudio, cómo preparar exámenes, mejorar las habilidades de comunicación, gestión de estrés, etc.
• Fomentar la participación de las familias en el centro educativo: en el funcionamiento del centro, en las decisiones del consejo escolar, en la mejora del rendimiento académico, en propuestas sobre necesidades e intereses, en la búsqueda de soluciones a problemas concretos, etc.
• Propiciar la total implicación de las familias en el proceso educativo como factor determinante para el éxito escolar de los hijos/as.
• Potenciar la función colaborativa de las APAs con los docentes.
• Propiciar la formación entre iguales, siendo conscientes de que los padres y madres formados forman a través del dialogo y el modelado al resto de las familias.
• Promover la implicación las familias en intensidad y en tiempo, pensando a largo plazo y buscando soluciones a que está participación no termine en secundaria).
• Buscar acciones educativas alternativas a las ya existentes como, por ejemplo, las experiencias de los centros con comunidades de aprendizaje.
• Incrementar la participación de padres y madres en la elaboración de los planes de convivencia del centro.
• Buscar la representatividad paritaria en el Consejo Escolar.
• Actualizar los currículos en centros y docentes, no solo adaptándose a los nuevos tiempos si no recuperando viejos métodos (por ejemplo, el ábaco).
• Difundir las experiencias positivas y aportarles valor a las mismas.